El conflicto fronterizo entre Tailandia y Camboya ha escalado dramáticamente en su segunda semana, llevando al ejército tailandés a implementar una medida drástica: la interrupción de los envíos de combustible a través de su frontera con Laos. Esta decisión, anunciada el lunes, responde al temor de que el vital suministro esté siendo desviado para reforzar a las fuerzas camboyanas en medio de los intensos combates.
Una Crisis Fronteriza sin Precedentes
Los ejércitos de Tailandia y Camboya se encuentran enfrascados en enfrentamientos a lo largo de los 817 kilómetros de su frontera terrestre, en una escalada de intensidad y alcance sin precedentes en la historia reciente de la región. La disputa territorial, que se extiende desde zonas boscosas hasta provincias costeras, no muestra señales de cese a pesar de los crecientes llamados internacionales para un alto el fuego.
Las cifras de la tragedia son alarmantes:
- El conflicto ha dejado un saldo de al menos 38 muertos en ambos lados de la frontera en los últimos ocho días.
- Más de medio millón de personas han sido desplazadas debido a los combates, forzando rondas masivas de evacuaciones.
En un intento por mediar, una reunión especial de ministros de Asuntos Exteriores del Sudeste Asiático (ASEAN), que estaba programada para el martes, fue aplazada hasta el 22 de diciembre a petición expresa de Tailandia.
Bloqueo Estratégico de Suministros a Laos
La medida de restringir el paso de combustible es un nuevo frente en el conflicto. El contralmirante Surasant Kongsiri, portavoz del Ministerio de Defensa tailandés, confirmó la restricción en el movimiento de todos los suministros de combustible a través del cruce fronterizo de Chong Mek hacia Laos.
“Nuestra intención no es causar impactos en el pueblo ni en el gobierno de Laos”, afirmó Kongsiri en una conferencia de prensa, justificando la acción por información que sugería el desvío de los suministros a las tropas camboyanas.

Aunque gran parte de las importaciones de combustibles refinados de Camboya llegan por vía marítima, principalmente desde Singapur (915.000 toneladas métricas este año), el bloqueo por tierra busca cortar cualquier posible apoyo logístico. Cabe destacar que las exportaciones tailandesas de petróleo a Camboya habían cesado desde julio, según el Ministerio de Energía de Tailandia.
Adicionalmente, un oficial de la marina tailandesa informó que se está considerando limitar el movimiento de buques de bandera tailandesa a “áreas de alto riesgo” en aguas camboyanas para evitar ataques, aunque aseguraron que esta medida no afectaría a los envíos de otros países.
Acusaciones Cruzadas: Drones, Gas Tóxico y Superioridad Aérea
Los combates se extienden a lo largo de al menos nueve puntos de la frontera, con intensos intercambios en cuatro provincias. Las declaraciones de ambos bandos revelan la intensidad de la confrontación, con Camboya acusando a Tailandia de usar armamento avanzado y tácticas agresivas.
La portavoz del Ministerio de Defensa de Camboya, Maly Socheata, denunció el uso de drones y artillería pesada, e incluso ataques aéreos con aviones de combate F-16 en la provincia de Siem Reap, una zona clave que alberga el centro turístico de Angkor Wat.
“También cabe destacar que el número de aviones de combate y bombas de racimo utilizados por el ejército tailandés para atacar a Camboya ha aumentado significativamente”, declaró Socheata.
El ejército de Tailandia cuenta con una notable superioridad militar, poseyendo una de las fuerzas aéreas mejor equipadas del Sudeste Asiático, incluyendo una flota de 28 F-16 y 11 aviones de combate suecos Gripen.
La Intervención de Donald Trump y las Condiciones de Bangkok
El conflicto se ha convertido en un foco de atención internacional, atrayendo la mediación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien previamente había ayudado a negociar una tregua en julio. Trump ha declarado haber mediado un nuevo cese al fuego y prometió en redes sociales que podía “hacerlo bastante rápido”, incluso amenazando a ambas naciones con nuevos aranceles si las hostilidades no cesan.
Sin embargo, Tailandia ha presentado una postura firme sobre las condiciones para detener la lucha. Nikondet Phalangkun, jefe del Departamento de Información de la Cancillería tailandesa, estableció tres condiciones innegociables para cualquier negociación de alto el fuego:
- Camboya debe anunciar públicamente un alto el fuego.
- El alto el fuego debe producirse y mantenerse.
- Camboya debe cooperar sinceramente en los esfuerzos de desminado.
Mientras Tailandia endurece sus controles fronterizos (negando la entrada a 78 ciudadanos camboyanos y 128 extranjeros de alto riesgo), Camboya ha respondido con medidas extremas, anunciando el cierre completo de todos los pasos fronterizos con Tailandia y acusando al ejército tailandés de utilizar gas tóxico en la frontera común.
