La crisis agraria en Grecia alcanzó un punto crítico este lunes cuando agricultores que protestaban por los retrasos en el pago de subsidios irrumpieron en la pista del aeropuerto internacional Nikos Kazantzakis en Heraklion, la principal ciudad de la isla de Creta.
La acción obligó al aeropuerto a suspender todos los vuelos, paralizando el tráfico aéreo de la isla. Decenas de manifestantes evadieron a la policía antidisturbios, que utilizó gases lacrimógenos y granadas aturdidoras para intentar contenerlos.

Las protestas no se limitaron a Heraklion. Cerca del aeropuerto de Chania, la policía antidisturbios también utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los agricultores, quienes respondieron arrojando piedras y volcando una patrulla policial. Los medios locales informaron de dos personas heridas en los enfrentamientos.
“Todos deben entender que los problemas se resuelven mediante el diálogo y que no se deben cruzar algunas líneas rojas”, declaró el ministro griego de Desarrollo Rural y Alimentación, Costas Tsiaras, en la televisión estatal.
La raíz de la protesta: fraude masivo y retraso en los pagos
Las manifestaciones son la última escalada de las protestas que han visto a los agricultores desplegar miles de tractores para bloquear cruces fronterizos y carreteras principales en todo el país, incluyendo un intento de bloqueo en el aeropuerto de Tesalónica la semana pasada.
El motivo central de la ira de los agricultores son los retrasos en el pago de los subsidios agrícolas respaldados por la Unión Europea. Estos retrasos se producen mientras las autoridades revisan todas las solicitudes a raíz de un escándalo que reveló solicitudes fraudulentas generalizadas de subsidios de la UE.
- El escándalo: En junio, la Fiscalía Europea (EPPO) abrió una investigación sobre un “plan sistemático a gran escala de fraude de subvenciones y actividades de lavado de dinero”. La investigación identificó a unas 324 personas como beneficiarias de denuncias falsas por un valor total de 19,6 millones de euros.
- Consecuencias: El escándalo provocó la renuncia de cinco altos funcionarios del gobierno en junio y el cierre gradual de una agencia estatal de subsidios.
Los manifestantes argumentan que los retrasos en los pagos equivalen a un castigo colectivo, dejando a los agricultores honestos endeudados e incapaces de plantar sus campos para la próxima temporada. Además, el sector agrícola griego ya había sido golpeado este año por un brote de viruela caprina y ovina que requirió el sacrificio masivo de ganado.
Advertencia del gobierno y bloqueo de fronteras

El ministro de orden público, Michalis Chrisochoidis, había advertido la semana pasada que el gobierno estaba abierto al diálogo, pero que no toleraría el cierre de los principales puntos de tránsito. A pesar de esta advertencia, los bloqueos en las fronteras del norte con Bulgaria, Turquía y Macedonia del Norte ya han obstaculizado gravemente el tráfico de camiones de carga.
Las protestas de agricultores son habituales en Grecia, pero la escalada de esta semana, con la irrupción en una zona de alta seguridad como un aeropuerto internacional, marca un aumento significativo de la tensión entre el sector agrario y el gobierno heleno.
