Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos desplegaron el crucero lanzamisiles USS Gettysburg (CG-64) en el mar Caribe, en medio de crecientes rumores sobre posibles ataques a instalaciones militares dentro de Venezuela. El movimiento amplía el operativo naval que Washington mantiene frente a las costas venezolanas desde septiembre.
El USS Gettysburg, que zarpó desde Norfolk (Virginia), se suma al USS Lake Erie (CG-70) y a otros buques ya posicionados en la zona, según reportaron periodistas especializados en defensa y fuentes de la Marina estadounidense. Al mismo tiempo, el USS Fort Lauderdale abandonó el área y regresó a Florida.
El mayor despliegue naval en décadas
En los próximos días se espera la llegada del portaaviones USS Gerald Ford, el más avanzado de la flota norteamericana, lo que elevará el número total de embarcaciones a trece unidades, incluyendo seis destructores, tres buques anfibios y un submarino, de acuerdo con un análisis del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).
“Este es el despliegue naval más grande en América Latina en al menos veinticinco años, posiblemente en los últimos cuarenta”, señaló Mark Cancian, coronel retirado del Cuerpo de Marines y experto del CSIS.
El aumento de la presencia militar estadounidense coincide con un endurecimiento del discurso de legisladores republicanos de Florida, férreos críticos del gobierno de Nicolás Maduro. “Venezuela será libre”, publicó la congresista María Elvira Salazar, mientras ironizaba: “Maduro quería una Navidad adelantada, pero Halloween siempre llega primero”.
Trump niega planes de ataque
El nuevo despliegue ocurre tras informes del Miami Herald y The Wall Street Journal que aseguran que Washington se prepara para bombardear objetivos en Venezuela. Consultado al respecto, el presidente Donald Trump negó los rumores: “No, no son verdad”, dijo brevemente a bordo del Air Force One.
Sin embargo, el mandatario reiteró esta semana que continuará atacando embarcaciones vinculadas al narcotráfico “por tierra o por mar”, luego de casi dos meses de bombardeos que han dejado 61 muertos y solo tres sobrevivientes en el Pacífico y el Caribe desde el 1 de septiembre.
En respuesta, la ONU acusó a Estados Unidos de “violar el derecho internacional”, al considerar que los ataques a lanchas sospechosas constituyen “ejecuciones extrajudiciales”. “Estos ataques, y su creciente costo humano, son inaceptables. Estados Unidos debe ponerles fin”, afirmó el alto comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk.
