En un giro inesperado, el Parlamento eslovaco aprobó una enmienda constitucional que limita derechos de la comunidad LGTB+ y refuerza la primacía del derecho nacional sobre el europeo. El primer ministro Robert Fico celebró la votación como un “paso histórico”.
El Parlamento de Eslovaquia aprobó este viernes, con 90 votos a favor de un total de 150, una enmienda constitucional que restringe los derechos de las personas LGTB+ y otorga primacía al derecho nacional frente al europeo. La medida, presentada por el gobierno nacionalista de Robert Fico, sorprendió al contar con el apoyo de parte de la oposición en el último momento.
Según el texto, Eslovaquia “conserva su soberanía” en materias de identidad nacional, salud, ciencia, educación y estado civil. La reforma establece que, salvo excepciones, un niño “solo puede ser adoptado” por parejas heterosexuales casadas y que las escuelas no podrán ofrecer educación sexual sin el consentimiento del tutor legal.
Eslovaquia endurece su legislación y desafía a la Unión Europea
Además, la enmienda estipula que la República Eslovaca “solo reconoce el sexo masculino y femenino” y prohíbe la gestación subrogada, dificultando también el cambio de género de las personas intersexuales.
Tras la votación, Fico agradeció a sus partidarios y declaró que esta reforma es “la mejor respuesta al colapso de las sociedades occidentales”. Para el primer ministro, “en cuestiones éticas fundamentales, nuestra ley nacional debe primar sobre el derecho internacional, que a menudo trae ideas alejadas de los valores sobre los que se construye la República Eslovaca”.
La medida ha generado fuerte rechazo dentro y fuera del país. “Es una votación vergonzosa”, criticó Michal Simecka, líder del partido opositor Progresivne Slovensko, que lamentó la “traición” de miembros de la oposición que permitieron aprobar el texto rápidamente. Simecka advirtió que la enmienda “perjudicará al pueblo eslovaco y cuestionará la posición de Eslovaquia en la Unión Europea”.
Con 5,5 millones de habitantes y miembro de la UE desde 2004, Eslovaquia se comprometió al adherirse a respetar los derechos fundamentales, un punto que ahora está en tensión con Bruselas.
