Washington refuerza su presencia militar cerca de las costas venezolanas con nuevos navíos, mientras Trump apunta al Cartel de los Soles y Maduro asegura que su país “no lo toca nadie”.
Estados Unidos ordenó un nuevo despliegue de buques de guerra en el sur del Caribe, intensificando la presión sobre Venezuela y los presuntos vínculos de su gobierno con el narcotráfico. Según fuentes citadas por Reuters, entre las embarcaciones que se sumarán la próxima semana figuran el crucero de misiles guiados USS Lake Erie y el submarino nuclear USS Newport News.
La medida se enmarca en la estrategia del presidente Donald Trump de frenar el flujo de drogas hacia territorio estadounidense y responde al señalamiento directo contra el denominado Cartel de los Soles, al que Washington vincula con la administración de Nicolás Maduro. Caracas, en cambio, niega esas acusaciones y acusa a Estados Unidos de montar una “agresión imperial”.
Este movimiento se suma a la operación lanzada el 19 de agosto, cuando tres destructores —el USS San Antonio, el USS Iwo Jima y el USS Fort Lauderdale— fueron desplegados en aguas cercanas a Venezuela con 4.500 soldados a bordo, incluidos 2.200 infantes de marina. Con el nuevo refuerzo, la Casa Blanca eleva la apuesta militar en la región.
Fuentes oficiales en Washington señalaron que la misión está dirigida contra “organizaciones narcoterroristas” que amenazan la seguridad de Estados Unidos, entre ellas carteles mexicanos y venezolanos previamente designados como grupos terroristas globales.
El presidente Nicolás Maduro respondió asegurando que Venezuela está preparada para defenderse: “Esta tierra no la toca nadie, yo te lo juro. Esta tierra es sagrada, bendecida y es la tierra de los libertadores”. Durante su programa semanal en VTV, afirmó que más del 90% de los venezolanos rechaza “las amenazas” de Trump y aseguró que su país es “territorio limpio y libre del narcotráfico”.
El líder chavista también acusó al secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, de “odiar a Venezuela” y de “encabezar planes extremistas que buscan llevar a Trump al peor escenario en América Latina y el Caribe”.
Maduro anunció además una nueva jornada de alistamiento de milicianos para reforzar el sistema de defensa, que, según dijo, está desplegado las 24 horas del día “con su capacidad de combate y lucha armada”.
Las relaciones entre Caracas y Washington están rotas desde 2019 y el aumento de la presencia militar estadounidense marca un nuevo punto de fricción. En febrero, Trump ya había duplicado a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura de Maduro, acusado por Estados Unidos de violar leyes internacionales de narcóticos.
Mientras tanto, la Casa Blanca integra esta ofensiva contra los carteles de la droga dentro de una agenda más amplia de seguridad, que también busca limitar la migración y fortalecer el control en la frontera sur.
El Caribe vuelve a convertirse en un tablero estratégico donde se cruzan la política antidrogas de Washington y la resistencia del chavismo, que asegura estar listo para enfrentar cualquier intento de agresión.