El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó este viernes que el Gobierno de Estados Unidos busca “robar la reserva de petróleo más grande del planeta” y que impulsa una “guerra multiforme” contra el país caribeño para imponer “una agenda de amenazas militares y guerra psicológica”.
El mandatario realizó estas declaraciones desde el Palacio de Miraflores, durante el Encuentro Parlamentario del Gran Caribe en Defensa de la Paz, acompañado por representantes de varios países de la región. “Quieren robarnos la reserva más grande de petróleo del mundo”, dijo Maduro, agregando que si Venezuela no tuviera sus riquezas naturales “quizás ni la nombraran”.
“Venezuela defenderá su soberanía”
Maduro advirtió que el país atraviesa “uno de esos capítulos de una historia victoriosa” y aseguró que el pueblo venezolano seguirá “resolviendo sus asuntos con autonomía y soberanía, sin ceder un ápice en dignidad”.
También sostuvo que la lucha de Venezuela “por la independencia, la paz y la soberanía” es compartida con el resto de los pueblos latinoamericanos y caribeños. En ese sentido, convocó a un gran encuentro de movimientos sociales y fuerzas políticas del continente antes de fin de año, “para decir paz y respeto a los pueblos de América Latina y el Caribe”.
Durante su discurso, el presidente venezolano ironizó al afirmar que “los supremacistas vienen a salvarnos”, en alusión a las intervenciones estadounidenses en la región. Asimismo, recordó que Haití ha sido “mártir de más de cien intervenciones militares gringas”, lo que consideró parte de la misma lógica de dominación.
Escalada de tensiones en el Caribe
Las declaraciones de Maduro se producen en medio de un aumento de las tensiones entre Caracas y Washington, tras el despliegue militar estadounidense en el mar Caribe, que incluye buques de guerra, un submarino nuclear, aviones de combate y tropas especiales.
Desde el inicio de la operación, en agosto, se han registrado bombardeos contra embarcaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico, con un saldo de al menos 57 personas muertas, según cifras oficiales venezolanas.
El Gobierno de Caracas sostiene que el operativo encubre una “campaña para justificar una intervención militar” y denuncia que Venezuela es víctima de una “guerra multiforme” diseñada para imponer un cambio de régimen y un “gobierno títere”.
