Capitales británicos e israelíes avanzan con el saqueo del petróleo de las Islas Malvinas

La petrolera británica Rockhopper Exploration plc (RKH) anunció que su Junta Directiva adoptó la Decisión Final de Inversión (Final Investment Decision, FID) para la Fase 1 del yacimiento petrolero Sea Lion, ubicado al norte de las Islas Malvinas. La medida, avalada también por la empresa israelí Navitas Petroleum Development and Production Limited —operadora del proyecto—, habilita el avance de la explotación de hidrocarburos en un territorio cuya soberanía es reclamada por la Argentina y permanece bajo ocupación británica desde 1833.

El anuncio representa un nuevo paso del Reino Unido y de capitales extranjeros sobre los recursos estratégicos del Atlántico Sur, en un esquema que la Argentina considera ilegal y contrario al derecho internacional. La adopción de la FID estuvo sujeta a la validación de los acuerdos de financiamiento necesarios para el desarrollo del proyecto. Según informó Rockhopper, el cierre financiero se concretaría en las próximas semanas, con la finalización de una colocación de capital por US$140 millones.

El emprendimiento ya cuenta con las autorizaciones otorgadas por las autoridades locales de las Islas Malvinas, incluyendo la aprobación del programa de desarrollo y producción para las Fases 1 y 2 del Área de Desarrollo Norte. Con estas decisiones, las licencias del yacimiento Sea Lion ingresan formalmente en la Fase de Explotación, con una duración inicial de 35 años, consolidando un esquema de control extranjero sobre recursos no renovables en una zona en disputa.

Inversión millonaria y control de recursos estratégicos

El requerimiento total de financiamiento posterior a la FID asciende a unos US$1.800 millones para alcanzar el llamado First Oil y a aproximadamente US$2.100 millones para la finalización total del proyecto. El esquema financiero contempla alrededor de US$1.000 millones en deuda senior, de los cuales US$350 millones corresponden a Rockhopper. El resto se obtendría mediante aportes de capital y flujos de caja posteriores al inicio de la producción.

El requerimiento de capital neto para Rockhopper se estima en unos US$112 millones, incluyendo un margen destinado a cubrir posibles sobrecostos. Las proyecciones de producción para la Fase 1 estiman un volumen total de 170 millones de barriles, con una producción máxima cercana a los 50.000 barriles diarios. El inicio de la extracción está previsto para el año 2028.

Una evaluación independiente de Netherland, Sewell & Associates, Inc. estimó recursos contingentes netos 2C de 255 millones de barriles para Rockhopper, con un Valor Presente Neto (VPN10) de aproximadamente US$1.850 millones, utilizando un precio del petróleo Brent de US$70 por barril. Como parte de la FID, Navitas firmó contratos clave, incluyendo el fletamento de una unidad flotante de producción, almacenamiento y descarga (FPSO), contratos de perforación y servicios submarinos.

Rechazo argentino y advertencia diplomática

El avance del consorcio anglo-israelí generó una inmediata reacción del Gobierno argentino. A través de un comunicado, la Cancillería expresó su “más enérgico rechazo” a la autorización otorgada por el Reino Unido y calificó el proyecto como una acción “unilateral e ilegítima”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores recordó que toda exploración y explotación unilateral de recursos naturales en áreas sujetas a disputa de soberanía viola la Resolución 2065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas y otras resoluciones concordantes, que reconocen la existencia de una disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido e instan a ambas partes a reanudar negociaciones.

El rechazo argentino se extiende a todos los actos vinculados a la fase productiva del proyecto Sea Lion, incluyendo normativas isleñas, concesiones de explotación en la plataforma continental argentina y la contratación de proveedores de servicios. Además, el Gobierno recordó que Rockhopper y Navitas fueron sancionadas e inhabilitadas para operar en la Argentina por realizar actividades hidrocarburíferas sin autorización en lo que el país considera territorio nacional.

Desde Buenos Aires advirtieron que el inicio de la explotación de hidrocarburos en Malvinas constituye un nuevo hecho consumado con efectos potencialmente irreversibles, al tratarse de recursos no renovables. En ese marco, la Argentina anticipó que profundizará su plan de acción para defender sus derechos soberanos conforme al derecho internacional.

El saqueo de los recursos de las Islas Malvinas

El avance del proyecto Sea Lion vuelve a poner en evidencia una lógica histórica: la apropiación de recursos estratégicos por parte de potencias coloniales y capitales extranjeros en territorios en disputa, sin el consentimiento del país afectado. Mientras el Reino Unido consolida su presencia económica en el Atlántico Sur, la Argentina insiste en una solución pacífica y negociada, en línea con las resoluciones de la ONU.

En septiembre, durante su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Javier Milei reiteró el reclamo argentino de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, e invitó al Reino Unido a retomar el diálogo. Sin embargo, el avance petrolero en Sea Lion vuelve a tensar la relación bilateral y refuerza el carácter geopolítico del conflicto.

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