Miles de personas salieron este sábado a las calles de Ciudad de México para denunciar la inseguridad, la corrupción y la impunidad. La manifestación, originalmente impulsada por jóvenes de la Generación Z, terminó reuniendo a un público mucho más amplio, con fuerte presencia de votantes opositores y figuras críticas del gobierno federal.
Durante este año, las movilizaciones protagonizadas por la Gen Z se multiplicaron en varios países como respuesta al retroceso democrático, a los casos de corrupción y a la desigualdad. El ejemplo más contundente ocurrió en Nepal, donde protestas masivas tras la prohibición de redes sociales derivaron en la renuncia del primer ministro.
En México, muchos jóvenes expresan una frustración persistente ante la falta de resultados en temas como impunidad frente a delitos violentos, precariedad laboral y fallas estructurales del Estado.
Entre la frustración juvenil y el apoyo adulto
Aunque la convocatoria apuntaba a la juventud, la marcha terminó congregando a miles de personas de distintas edades. Muchos acudieron para reclamar mayor seguridad, un tema que atraviesa todos los sectores sociales.
“Necesitamos más seguridad”, afirmó Andrés Massa, consultor de 29 años que portaba la bandera con la calavera pirata, símbolo internacional de las protestas Gen Z.
A su lado, Arizbeth García, médica de 43 años, explicó que decidió marchar para exigir más presupuesto para la salud pública y mejores condiciones laborales: “Nosotras también estamos expuestas; acá te pueden matar y no pasa nada”.
Sheinbaum apunta a infiltración opositora
En los días previos, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum sugirió que partidos de derecha buscaban aprovechar la movilización para posicionarse políticamente y que habían utilizado bots para inflar el alcance en redes.
A la vez, varios influencers jóvenes que inicialmente respaldaban la protesta se desmarcaron a último momento.
En contraste, figuras como el ex presidente Vicente Fox y el empresario Ricardo Salinas Pliego manifestaron públicamente su apoyo al reclamo, lo que reforzó la percepción de una fuerte presencia opositora.
El asesinato de un alcalde y el clima de tensión
La marcha también reunió a seguidores del alcalde de Michoacán, Carlos Manzo, asesinado recientemente. Muchos de ellos acudieron con los característicos sombreros de paja que identifican su movimiento político.
“El Estado se está muriendo”, lamentó Rosa María Ávila, agente inmobiliaria de 65 años que viajó desde Pátzcuaro para participar.
A pesar del impacto de los recientes homicidios de figuras públicas, Sheinbaum mantiene altos niveles de aprobación. Sin embargo, los reclamos de mayor seguridad y justicia, sumados al creciente descontento de los jóvenes, podrían convertirse en un desafío político a mediano plazo.
