La tensión social en Ecuador escaló este domingo 28 de septiembre con un saldo de un manifestante muerto, doce militares heridos y 17 retenidos durante las protestas contra la eliminación del subsidio al diésel. El epicentro de las manifestaciones fue la provincia andina de Imbabura, donde la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) lidera desde hace siete días un paro nacional contra las políticas del presidente Daniel Noboa.
La Conaie denunció en redes sociales la muerte de Efraín Fuerez, comunero indígena de Cuicocha, Imbabura, supuestamente por un disparo de las Fuerzas Armadas durante las protestas en Cotacachi. La Fiscalía General del Estado anunció que abrió una investigación y envió personal para levantar el cuerpo y realizar las diligencias correspondientes. Hasta el momento, ni la Presidencia ni la Policía se han pronunciado sobre el hecho.
El Ministerio de Defensa informó que doce militares resultaron heridos y otros 17 fueron retenidos “en el cumplimiento de su misión” mientras escoltaban un convoy de alimentos para comunidades de la Sierra norte. Según la versión oficial, fueron emboscados por “grupos terroristas infiltrados” en las protestas. Fotografías y vídeos difundidos en redes muestran a uniformados ensangrentados tras los ataques.
El Gobierno asegura que estos hechos son “la muestra más palpable de que la protesta NO es pacífica” y advirtió que “no quedarán impunes”. Por su parte, la Conaie condenó “el uso letal de la fuerza” contra comuneros indígenas y exigió la liberación de los detenidos, que según el Ejecutivo ya superan el centenar.
Imbabura, epicentro del paro y de la tensión social
Imbabura se ha convertido en el centro de las movilizaciones, con cortes de carretera, bloqueos y manifestaciones en varias provincias. El movimiento indígena exige que Noboa derogue el decreto que eliminó el subsidio al diésel, medida clave para el plan económico del Gobierno.
El presidente Daniel Noboa defendió su decisión y afirmó que Ecuador enfrenta “actos de terrorismo disfrazados de protesta”. Reiteró que “Ecuador no retrocede ante terroristas que se esconden detrás de la comunidad para servirse a sí mismos”. Noboa ha comparado las actuales protestas con las de 2019 y 2022, cuando el movimiento indígena forzó a gobiernos anteriores a revertir medidas similares tras fuertes disturbios.
Analistas señalan que la crisis actual podría convertirse en un nuevo punto de inflexión en la política ecuatoriana. El choque entre el Ejecutivo y la Conaie reaviva el recuerdo de movilizaciones que han tumbado decretos y debilitado presidentes, y podría condicionar la agenda económica del país en los próximos meses.