Taiwán empezó a entregar esta semana un manual de crisis a millones de hogares en toda la isla. El objetivo es que la población esté preparada ante desastres naturales y también frente a un posible ataque chino. El pequeño libro naranja llega a puertas y buzones como parte de un plan de preparación civil más amplio.
Jay Tsai, un residente de Taipéi de 31 años, dijo que espera no tener que usar nunca esta guía, pero que le resulta tranquilizador tenerla a mano. El manual tiene 32 páginas y ofrece instrucciones sobre cómo actuar en distintos escenarios. Explica cómo armar una bolsa de emergencia, qué hacer ante una sirena de ataque aéreo y cómo dar primeros auxilios básicos.
También advierte que “fuerzas extranjeras hostiles” podrían difundir desinformación para debilitar la moral de la población si China ataca. La guía aclara que cualquier mensaje sobre una supuesta rendición debe considerarse falso.
Preparación civil y debate político
El ministro de Defensa, Wellington Koo, afirmó que esta es la primera vez que el gobierno publica las directrices en papel. La medida busca llegar a personas mayores o sin acceso a internet, sobre todo en zonas rurales.
El manual, titulado “En caso de crisis”, forma parte de los esfuerzos del presidente Lai Ching-te para reforzar la preparación de los 23 millones de habitantes de la isla. Algunos ciudadanos lo consideran necesario para recordar que deben mantenerse alerta. Chi Chien-han, responsable de barrio de 43 años, señaló que lo encuentra útil y claro.
Otros tienen una visión distinta. Yang Chen-che, informático de 38 años, opinó que el folleto es más político que práctico y que toda la información puede encontrarse en línea.
Desde el Consejo de Seguridad Nacional, Lin Fei-fan sostuvo que la distribución del manual demuestra la determinación de Taiwán de defenderse. En contraste, Yeh Yuan-chih, legislador del Kuomintang, cuestionó el gasto de más de 60 millones de dólares taiwaneses para imprimirlo y distribuirlo.
El gobierno espera completar la entrega en casi 10 millones de hogares antes de enero. La isla, reclamada por China y bajo creciente presión militar, avanza con este plan para fortalecer la resiliencia de su población en caso de una emergencia mayor.
