Venezuela ha reforzado su presencia militar en los estados fronterizos con Colombia en respuesta al reciente despliegue de buques de guerra estadounidenses en el Caribe. La medida llega en medio de una escalada de tensión entre Caracas y Washington, luego de que el presidente Donald Trump autorizara operaciones encubiertas de la CIA y nuevos ataques contra supuestos narcotraficantes en aguas internacionales.
El gobierno venezolano considera que las acciones estadounidenses constituyen una “amenaza directa” a su soberanía y advierte que Estados Unidos busca crear las condiciones para justificar una posible intervención militar.
Maniobras militares en la frontera con Colombia
El presidente Nicolás Maduro ordenó el despliegue de miles de efectivos en los estados fronterizos, incluyendo Táchira y Amazonas, con el objetivo de reforzar la seguridad en los principales pasos limítrofes y zonas estratégicas del país.
En Táchira, los militares se concentraron alrededor del Puente Internacional Simón Bolívar, que conecta las ciudades de San Antonio (Venezuela) con Cúcuta (Colombia), mientras que en Amazonas se desplegaron patrullas para proteger instalaciones energéticas y servicios básicos.
Además, Caracas ha reforzado su presencia en las zonas costeras de Nueva Esparta, Sucre y Delta Amacuro, estados cercanos a Trinidad y Tobago, donde se reportaron movimientos navales preventivos.
“El despliegue en el Caribe es una provocación. No vamos a permitir que se viole la soberanía nacional”, afirmó un comunicado del Ministerio de Defensa, tras denunciar la presencia de helicópteros y buques de guerra estadounidenses a menos de 150 kilómetros de las costas venezolanas.

Ataques estadounidenses y denuncias ante la ONU
Según medios estadounidenses como CBS, CNN y NBC, el último ataque de Washington contra presuntas embarcaciones de narcotráfico en el Caribe dejó varios supervivientes, el primero de este tipo desde el inicio de la operación en agosto. Se estima que las ofensivas previas han causado al menos 27 muertos, muchos de ellos pescadores o tripulantes civiles.
El embajador venezolano ante la ONU, Samuel Moncada, denunció que Estados Unidos está cometiendo “crímenes internacionales” y ejecutando operaciones letales fuera del marco legal. “No es un tema solo venezolano. También hay víctimas colombianas y trinitarias. Pedimos al Consejo de Seguridad que investigue esta serie de asesinatos extrajudiciales”, declaró.
Por su parte, el presidente Maduro sostiene que las acusaciones de narcotráfico de la Casa Blanca forman parte de un plan de cambio de régimen para controlar las vastas reservas de petróleo venezolano.
Mientras tanto, el almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur de Estados Unidos —responsable de las operaciones militares en América Latina—, anunció su retiro tras apenas un año en el cargo, en medio de críticas internacionales por la legalidad de las operaciones navales.
Washington mantiene que su presencia en el Caribe busca “combatir el narcotráfico y fortalecer la seguridad regional”, aunque analistas advierten que la estrategia refuerza el clima de confrontación y podría derivar en un incidente de mayor escala.