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La ofensiva israelí provoca un desplazamiento masivo en la ciudad de Gaza, con denuncias de genocidio y sanciones europeas. Familias palestinas enfrentan bombardeos, escasez y temor a un desplazamiento permanente.
Éxodo masivo y ofensiva terrestre
Más de 400.000 personas han abandonado la ciudad de Gaza desde el inicio de la invasión terrestre israelí, en lo que ya se considera el mayor desplazamiento forzado en décadas. La operación “Carros de Gedeón II” tiene como objetivo tomar el control total del enclave, que Israel describe como “bastión de Hamás”. Familias enteras caminan o viajan en vehículos saturados rumbo al sur, temiendo repetir la Nakba de 1948. Las carreteras de Al-Rashid y Saladino, habilitadas como corredores de evacuación, están desbordadas. Sin embargo, organizaciones humanitarias advierten que incluso las zonas designadas como seguras han sido atacadas y que la ayuda internacional se encuentra bloqueada o severamente restringida.
La vida cotidiana se ha vuelto insoportable en Gaza. Hospitales como el infantil Al-Rantisi han sido alcanzados por bombardeos, el suministro de combustible para centros médicos está casi agotado y la escasez de alimentos es extrema. Solo entre el 3 y el 9 de septiembre, de 120 solicitudes para ingresar ayuda humanitaria a la Franja, apenas 50 fueron aprobadas. La población que permanece en la ciudad lo hace por miedo al hacinamiento en el sur, por falta de transporte o por temor a un desplazamiento permanente sin retorno.
Bombardeos, acusaciones de genocidio y sanciones internacionales
Los ataques aéreos israelíes han destruido edificios residenciales y campamentos de refugiados como Al-Shatea, dejando al menos 75 muertos en las últimas 24 horas, más de 50 de ellos en la capital, según fuentes médicas. El Ministerio de Salud de Gaza afirma que desde octubre de 2023 han muerto más de 65.000 personas y alrededor del 90% de la población ha sido desplazada. La relatora especial de la ONU Francesca Albanese advirtió que las víctimas podrían ser hasta diez veces mayores que las cifras oficiales.
Una comisión internacional de la ONU concluyó esta semana que Israel ha cometido cuatro de los cinco actos tipificados como genocidio en el derecho internacional: asesinatos masivos, daños físicos y mentales graves, condiciones de vida diseñadas para aniquilar a la población palestina y medidas para impedir nacimientos. Israel rechazó el informe, calificándolo de “falso” y “escandaloso”. Expertos como Susana Mangana sostienen que no se trata de una evacuación sino de una reocupación de Gaza con desplazamiento masivo y hambruna documentada.
Ante la catástrofe humanitaria, la Comisión Europea presentó sus medidas más duras hasta el momento: aranceles a productos israelíes y sanciones a colonos, ministros del gabinete de Netanyahu y líderes de Hamás. La jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas, afirmó que el objetivo es presionar a Israel para poner fin al sufrimiento humano en Gaza y liberar a todos los rehenes. Las sanciones congelarán activos en Europa y prohibirán viajes, golpeando a un socio comercial clave en plena crisis bélica.
