Las protestas juveniles están marcando un nuevo ciclo de rebeldía en África. Desde Antananarivo hasta Rabat, jóvenes menores de 28 años desafían regímenes autoritarios, corrupción estructural y décadas de promesas incumplidas. La llamada Generación Z se levanta contra los gobiernos en un fenómeno que atraviesa el continente y conecta con movimientos similares en Asia y América Latina.
Madagascar: del hartazgo social a la represión sangrienta
En Madagascar, las manifestaciones por los cortes de agua y electricidad derivaron en una crisis política sin precedentes. Menos de una semana de protestas obligaron al presidente Andry Rajoelina a disolver su gobierno, aunque los jóvenes exigen directamente su renuncia.
La represión fue brutal: la ONU confirmó al menos 22 muertos tras la intervención de las fuerzas de seguridad. “Salimos con flores y pancartas, pero nos respondieron con balas”, relató Fanilo, un estudiante de medicina de 21 años en Antananarivo.
Los jóvenes malgaches, organizados a través de Facebook y símbolos tomados del anime “One Piece”, piden una reforma completa del sistema político. La corrupción, la falta de servicios básicos y la pobreza estructural son el núcleo de sus demandas.

Marruecos: el Mundial 2030 bajo la sombra de la protesta
En el norte de África, Marruecos enfrenta la mayor ola de movilizaciones antigubernamentales en años. El colectivo juvenil GenZ 212 organiza protestas en TikTok y Discord contra el desempleo, la corrupción y el gasto multimillonario en estadios para el Mundial 2030, mientras hospitales y escuelas se encuentran en ruinas.
La represión dejó ya más de 400 detenidos y decenas de heridos. En la ciudad de Lqliaa, dos jóvenes murieron tras un enfrentamiento con la policía. En Marrakech, manifestantes incendiaron una comisaría, mientras en Rabat y Casablanca se multiplican los cánticos contra la monarquía.
“Primero salud y educación, después fútbol”, gritan las marchas que ponen en jaque la imagen internacional que busca proyectar el rey Mohamed VI.
Un fenómeno continental con conexiones globales
Madagascar y Marruecos no son casos aislados. En Kenia, los jóvenes incendiaron parcialmente el Parlamento en 2024 contra un proyecto de ley fiscal. En Togo, miles protestaron en junio contra la reforma constitucional que prolonga el mandato presidencial.
Analistas destacan que África es el continente más joven del mundo: más del 60% de su población tiene menos de 35 años. Esa juventud conectada, organizada en redes sociales y consciente de la corrupción estructural, se está transformando en la mayor fuerza de oposición a gobiernos que fallan en proveer servicios básicos.
“Esta generación tiene las herramientas tecnológicas para organizarse y la información para desafiar la propaganda estatal”, señala Mohamed Keita, experto en asuntos africanos.
Generación Z: de África al mundo
La rebeldía juvenil africana se inspira en experiencias internacionales. Los jóvenes de Madagascar miran hacia Nepal, donde un levantamiento similar derrocó al gobierno en 2025. En Marruecos, el modelo son los movimientos estudiantiles latinoamericanos y asiáticos.
La Generación Z no solo está en las calles: también impone nuevos símbolos. En Madagascar, la bandera pirata de One Piece ondea como emblema de resistencia; en Marruecos, los cánticos futboleros se transforman en himnos políticos contra la monarquía.
El mensaje es claro: esta generación ya no acepta el futuro escrito por las élites políticas. Desde Madagascar hasta Marruecos, pasando por todo el continente, la juventud africana se erige como el actor político más disruptivo del presente.