El entorno del líder venezolano, Nicolás Maduro, vive una atmósfera de tensión y preocupación sin precedentes. Ante la creciente presión de Estados Unidos y la amenaza constante de una fractura interna o un golpe de estado, el régimen ha tomado una medida drástica: un refuerzo masivo de su seguridad personal recurriendo a su principal aliado, Cuba.
Fuentes cercanas revelan que Maduro no solo ha ampliado su equipo de guardaespaldas con agentes cubanos, sino que también ha incorporado personal de contrainteligencia de la isla al ejército venezolano para prevenir la temida traición militar Venezuela.

El Muro Cubano Contra la Traición
El diario The New York Times y otras fuentes han develado la actitud compulsiva con la que Maduro maneja su protección. Las estimaciones sobre la presencia militar cubana en tareas de seguridad varían, señalando al menos 200 efectivos en su guardia personal y hasta 20.000 cooperantes en total.
La estrategia detrás de este movimiento es reducir el riesgo de que miembros de las FANB conspiren contra él. El líder venezolano confía en la reputación de los agentes cubanos, considerados “incorruptibles” en este contexto, para monitorear a los oficiales venezolanos de arriba abajo. Este sistema, usado desde la era de Chávez, busca proteger a Maduro de posibles golpes de estado.
Medidas Extremas por Temor a Estados Unidos
La paranoia del régimen va más allá del temor a la traición. Las precauciones se han intensificado desde septiembre, coincidiendo con una recompensa de $50 millones de USD por su captura y un amplio despliegue naval estadounidense en el Caribe.
Para protegerse de un posible ataque de precisión o una incursión de fuerzas especiales, el presidente venezolano ha adoptado hábitos extremos:
- Cambio de Rutina: Cambia frecuentemente el lugar donde duerme.
- Seguridad en Comunicaciones: Utiliza teléfonos celulares de forma esporádica y los reemplaza constantemente.
- Reducción de Exposición: Ha limitado significativamente sus apariciones públicas.
Además, el círculo íntimo del chavismo teme que cualquier intento de escape aéreo del país pueda ser interceptado por cazas estadounidenses, obligándolos a un aterrizaje forzado.
