La Corte Penal Internacional (CPI) advirtió que las fuerzas paramilitares en Sudán, conocidas como Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), podrían estar cometiendo crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en la región de Darfur, tras la caída de la ciudad estratégica de El-Fasher. Se estima que cientos de civiles habrían sido asesinados y el número real de víctimas podría superar los 460 muertos, según informes preliminares de organizaciones humanitarias.
La fiscalía de la CPI anunció que está tomando medidas inmediatas para preservar pruebas que permitan futuros enjuiciamientos. Según el tribunal, los presuntos delitos forman parte de un patrón de violencia más amplio que afecta a toda la región de Darfur.
La hambruna se agrava en Darfur y Kordofán
El conflicto armado ha desencadenado la peor crisis humanitaria del mundo. La Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC) confirmó que se ha declarado hambruna (Fase 5 del IPC) en El-Fasher y Kadugli, afectando a 375.000 personas en riesgo de inanición y desnutrición severa.

En total, más de 14 millones de personas han sido desplazadas en Sudán, mientras que 6,3 millones más enfrentan inseguridad alimentaria extrema (Fase 4 del IPC). La guerra entre el ejército y las RSF, iniciada en abril de 2023, ha destruido medios de vida, provocado brotes de enfermedades y sumido a la población en un estado crítico de hambre y miseria.
Violencia indiscriminada y ataques a civiles
Testigos y organizaciones locales denuncian que las RSF han atacado hospitales, ejecutado a civiles y secuestrado médicos y enfermeras. Las fuerzas paramilitares habrían cometido agresiones sexuales y saqueos, intensificando el sufrimiento de una población ya vulnerable.
El fiscal jefe de la CPI, Karim Khan, advirtió que tanto las RSF como las fuerzas gubernamentales podrían ser responsables de crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad o incluso genocidio. Mientras tanto, la comunidad internacional hace un llamado urgente a un alto el fuego para frenar la escalada del conflicto y contener la crisis alimentaria.
La comunidad internacional exige acción
Organismos internacionales, incluida la ONU, han condenado los ataques y solicitado a las partes involucradas que garanticen la seguridad de los civiles. La CPI y grupos humanitarios insisten en que la única solución para evitar más muertes y hambre extrema es un cese inmediato de hostilidades en Darfur y Kordofán.
La situación en Sudán representa un alerta global sobre los efectos devastadores de los conflictos internos en la seguridad alimentaria y los derechos humanos, y destaca la urgencia de acciones coordinadas para proteger a millones de personas atrapadas en el conflicto.
